Recientemente, tuve la consulta de seguimiento con Fernando G. un guayaquileño y hombre de negocios aquejado hace varios años de un problema en la columna lumbar, el cual se trató de corregir infructuosamente con una cirugía de fusión hace varios años.
Fernando viaja frecuentemente entre los EEUU, Colombia y Ecuador, teniendo que quedarse en múltiples hoteles. Según me refería, las camas de muchos de estos hoteles le exacerban su dolor lumbar hasta el punto de dejarlo casi baldado.
Hace unas 14 semanas, estuvimos evaluando su caso y decidimos que requería un implante de sus propias células, llamadas autólogas adultas de tejido graso y tejido medular (de nuevo quiero aclarar que las células madre de médula ósea no se sacan de la columna, sino de un hueso plano en la cadera) dentro del disco intervertebral roto y desgastado.
Este procedimiento del cual somos los pioneros en realizar en los EEUU mediante nuestra exitosa técnica patentizada llamada: “Prometeo”, nos permite por primera vez sellar el anillo roto (región de afuera) y regenerar la gelatina interior llamada núcleo pulposo, con la consecuente reiniciación de la función discal. Algo casi inimaginable hace unos años.
Volviendo al tema de Fernando, 6 semanas después del implante vino para el seguimiento de rutina y solamente había tenido una mínima mejoría, algo común en muchos pacientes, pues las células empiezan a crecer alrededor de las 8 semanas. Fernando se marchó con escepticismo de que pudiera mejorar tanto en las siguientes semanas.
Sin embargo, ahora vino muy esperanzado, puesto que había mejorado casi un 80% de su dolor y movilidad, había dejado de caminar con bastón y podía cubrir mucho más tiempo de pie y caminando sin dolor. ¡Me decía que le parecía increíble como solo dos semanas habían hecho una diferencia tan grande en su vida!
Le expliqué que las células trabajan primero preparando el “terreno” para implantarse durante la primera semana, por lo que el 100 % de los pacientes sienten molestias durante el periodo inicial, una vez que se implantan entonces producen los cambios y se mantienen reparando sin parar durante la siguientes 8 a la 12semanas. Algo increíble comparado con los riesgos y el periodo de incapacidad de una cirugía de columna.
Hoy Fernando viaja de vuelta a su amado Ecuador, feliz de saber que sus células han regenerado el daño en su columna y han podido finalmente reparar, lo que había fallado con la cirugía.
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