Brickell Motors – Una larga historia en la Calle Ocho

Brickell Motors – Una larga historia en la Calle Ocho

Como muchas instituciones del sur de la Florida, Brickell Motors tiene una historia que se remonta en parte al amor por el clima y el mar. El exitoso concesionario de autos Pontiac en Michigan, William Packer, era tan aficionado a la pesca en el sur de Florida que compró en 1955 el concesionario ubicado sobre la Calle 8 del Southwest, en parte porque quería estar cerca de los caladeros de pesca de los Cayos de la Florida. Esencialmente, inició una tradición de ventas exitosas de automóviles que continúa hasta el día de hoy.

Brickell Motors en la Calle 8 comenzó bajo el nombre de Trail Pontiac en 1935 y ha enfrentado muchos desafíos a lo largo de su historia, hasta llegar hoy en día a destacarse en Miami como un importante concesionario de vehículos Buick, GMC, Honda, y Mazda, ofreciendo también autos lujosos de alta gama en Brickell Luxury Motors. Además de esto, el año entrante inaugurará al lado de una de las instalaciones principales un nuevo salón para la venta y el mantenimiento de los vehículos más recientes de Chrysler, Dodge, Ram, y Jeep.

En el corazón de Brickell Motors se encuentra Mario Murgado, quien compró en el 2001 el concesionario que en ese entonces y por cualquier óptica, era un negocio tambaleante y en mala situación. Vendían solamente un puñado de autos por mes y el dueño anterior (que lo había comprado de la familia Packer) había dejado deteriorar parte de las instalaciones.

Murgado compró el negocio y de inmediato implementó planes enfocados en la gente, las instalaciones, y la comunidad.

Se comienza con la gente
Los primeros tres empleados de la empresa fueron el señor Murgado y sus socios comerciales Alex Andreus y Rick Barraza. El trío conocía muy bien el mercado ya que habían trabajado juntos para un grupo de concesionarios en Miami y rápidamente pusieron en marcha nuevos planes de ventas, armaron todo un equipo con nuevas estrategias y las pusieron a funcionar. En la actualidad Brickell Motors emplea a más de 200 personas en sus instalaciones de la Calle 8, ha sido galardonado en distintas ocasiones por fabricantes de automotores, y ha sido noticia en importantes publicaciones de la industria automotriz.

Se crea un ambiente acogedor
En cuanto a las instalaciones de Brickell Motors, Murgado encontró problemas por dentro y por fuera.

“Estaba todo mal iluminado en la noche, sucio, y los lotes de atrás tenían toneladas de alambre de púas”, dijo Murgado. “Desde la calle no se veía como un lugar acogedor, y necesitábamos cambiar eso”.

El interior no estaba mucho mejor. Imaginen las placas del cielorraso rotas, los pisos y las paredes todos manchados, los muebles viejos y desgarrados. Había que limpiar todo a fondo y darle una mano de pintura fresca, sólo para que estuviera presentable.

Murgado y su equipo pusieron manos a la obra. Tiraron abajo el alambre de púas (pese a la recomendación de la policía local de no hacerlo), recibieron muebles nuevos, e instalaron equipos de primera. Las nuevas instalaciones de Brickell Motors brillaron desde ese entonces con luz propia.

“Cuando vine a la Calle Ocho, le dije a la gente que yo no había venido a vender autos”, dijo Murgado. “Vine a sembrar alegría. Si siembro suficiente alegría, los autos se venderán. Pero para sembrar alegría, había que darle a la genta una sensación de paz y una sensación de seguridad”.

Parte del entramado de la Calle Ocho
Desde su llegada a Miami desde Cuba a los cuatro años de edad, Murgado residió en la zona donde está ubicado el concesionario y siempre quiso volver a esa zona y ser un buen vecino, y más que nada ser un buen vecino corporativo. Brickell Motors hoy en dia hace contribuciones a docenas de organizaciones benéficas locales y ha recaudado cientos de miles de dólares para organizaciones como Camillus House y Nicklaus Children’s Hospital. Murgado formó parte del Orange Bowl Committee por muchos años y provee regularmente a grupos locales con insumos para los días de fiesta, juguetes para los niños en Navidad, y hasta compra hamburguesas para las personas sin hogar.

“Cuando llegamos aquí, trabajamos estrechamente con los líderes de la ciudad y con muchos grupos locales”, dijo Murgado. “Estamos orgullosos de estar en la Calle Ocho, y tratamos de ayudar a todos en el barrio cuando podemos hacerlo”.

Las dificultades te fortalecen
Si bien en general el relato es una historia americana de éxito, no fue algo fácil para Murgado y sus socios lograrlo. Poco después de comprar el concesionario, Estados Unidos sufrió los ataques del 11 de septiembre, y la incertidumbre económica incapacitó y afectó mucho la industria de autos. Los fabricantes se hicieron cargo con sustanciosos incentivos que mantuvieron a flote los concesionarios de todo el país, pero fue una época muy difícil. Brickell Motors, que ya había arrancado con austeridad, pudo sobrellevar la situación.

En el 2008 la gran recesión pegó muy fuerte en la industria automotriz. Los principales fabricantes estadounidenses recibieron fondos de rescate del gobierno, y una vez más era turbio el destino de la industria. Brickell Motors en ese momento adoptó una estrategia agresiva en medios digitales y pudo mantener su participación del mercado en Miami mientras que el resto de la industria sufrió caídas y pérdidas agudas.

“Trabajamos incansablemente durante la recesión”, cuenta Murgado. “Nunca despedimos a nadie y verdaderamente nos unimos como equipo y como familia para sobreponernos a un obstáculo tan increíble como el que nos tocó afrontar en esa época”.

Lamentablemente, el concesionario que empezó como Trail Pontiac dejó de vender vehículos Pontiac en el 2010 cuando la empresa General Motors descontinuó la marca.

“Fue una época difícil porque perdimos lo que alguna vez había sido nuestra marca de bandera”, explicó Murgado. “Pero General Motors también nos dio una concesión de la marca Buick y eso alivió el golpe – pero luego vino el tsunami”.

En el 2011 Japón fue golpeado por un devastador tsunami, atestando a Honda, uno de los éxitos de venta de Brickell Motors, fue un duro golpe. Se detuvo temporalmente la producción de algunos modelos y se interrumpió la provisión de piezas para autos nuevos construidos en los Estados Unidos. Brickell Motors tenía clientes que querían comprar Hondas, pero no tenía suficientes autos en inventario como para cubrir la demanda.

“Nos apoyamos en nuestras otras marcas, buscamos autos usados, y logramos que todo funcionara para nuestros clientes”, recuerda Murgado.

Expansión más allá del barrio
Además de agregar la línea Buick al campus de la Callo Ocho en el 2011 y Mazda en el 2014, Brickell Motors también se ha expandido fuera del área central de Miami en años recientes, sumando Ocean Cadillac en Miami Beach y los concesionarios de Audi e Infiniti en Stuart, Florida. En el 2017, la empresa también adquirió negocios de Honda y Volkswagen en Chicago y obtuvo un nuevo concesionario Bentley en Jacksonville. Los planes futuros incluyen también concesionarios de Alfa Romeo y Maserati en Stuart y Jacksonville.

Un futuro prometedor
Brickell Motors tiene un futuro prometedor en la Calle Ocho. A principios del 2019 iniciará la construcción de nuevos concesionarios Chrysler, Dodge, Ram, y Jeep en esta área, y para finales del 2020 la empresa agregará otros 90 empleados en la zona con salarios promedio de más de $65,000 al año.

Murgado también ve un futuro alentador para la zona en general. Él cree que a medida que Miami siga evolucionando como una importante ciudad cosmopolita, más cambios y mejores oportunidades vendrán para la zona de la Calle Ocho. Las zonas céntricas y la zona de Brickell se han seguido expandiendo y haciendo más populares cada día, tanto para vivir como para trabajar y esto hará que el barrio siga ganando popularidad y siga trayendo mejorías.

“Hace 83 años que vendemos autos en la Calle Ocho”, declaró Murgado. “Y esperamos seguir sembrando alegría por muchos años más”.


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