Doral dio el maravilloso ejemplo a la comunidad, caminando ordenadamente y en paz, pero reclamando en viva voz su rechazo a la pérdida de vidas en manos de desadaptados que tienen libre acceso a la compra de armas.
La marcha del 24 de marzo fue una de las tantas que se desarrollaron a lo largo del país y que tuvo como protagonistas a los estudiantes de Marjory Stoneman Douglas, que fueron hasta Washington a pedir una reforma en la legislatura.
La marcha, convocada por la activista Carolina Ángel, tuvo el apoyo de miles de personas, destacado el alcalde del Doral, Juan Carlos Bermúdez, varios concejales, la Policía, organizaciones como Miami Dade County Council PTA/PTSA, el directorio de Escuelas de Miami Dade(MDCPS), veteranos de guerra, artistas, jóvenes estudiantes de distintos colegios, padres de familia y activistas comunitarios
“Esto no es un movimiento partidista, el derecho a la vida no tiene color político. Estoy aquí para decirles que apoyo cualquier iniciativa que proteja a los ciudadanos. Mi esposa es maestra y mi menor hija esta en la escuela aún, como todos ustedes, quiero que mis seres queridos estén seguros, y voy a poner todo el esfuerzo necesario para que así sea,” dijo con voz muy firme JC Bermúdez.
Y de verdad, ese día se cambió la indignación y el dolor, por la esperanza. “Podemos hablar, podemos hacernos oír, por eso marchamos” decía Carolina, quien se pasó varias semanas coordinando todos los aspectos de la marcha. Contar con valiosos voluntarios, ser una gran líder comunitaria y tener el respaldo de la comunidad fue la formula mágica que logró reunir a una comunidad entera y sus vecinos en una sola voz.
“Yo estoy aquí, pues quiero decirles a mis hijos que luché para hacer una diferencia, para darles tranquilidad y paz en su diario vivir. Este es un gran país, pero hay que tomar medidas en lo referente al acceso de armas, a la protección del ciudadano indefenso. “Nos decía Vicente Carrión con la convicción de siempre.
También se honraron a las victimas de la tragedia de Parkland, uno a uno fue llamados por sus nombres y en memoria de cada uno se colocó una rosa. Una frase o dos, describiendo quienes eran y como murieron, en a la voz de niños que lloraron con todos nosotros, fue el epílogo de una mañana llena de sentimientos. Descansen en paz y que nunca más esto vuelva a suceder.
