El concesionario Honda que casi no existió

El concesionario Honda que casi no existióWilliam Packer, uno de los primeros dueños del concesionario que hoy se conoce como Brickell Motors, fue integrante de la “Generación Más Grande” que sobrevivió y triunfó en la Segunda Guerra Mundial. La industria automotriz estadounidense se detuvo durante la guerra a fin de apoyar los esfuerzos de manufactura en tiempos de guerra. Muchos concesionarios no sobrevivieron, y el ataque japonés en Pearl Harbor provocó gran dolor en la mayoría de los ciudadanos. Cuando en 1970 Honda inició la venta de autos en los Estados Unidos, Packer no estuvo interesado. Aunque la inversión inicial para tener un concesionario Honda no era muy grande, Packer sintió que era su deber patriótico evitar esa marca.

El Gerente General en ese momento, Dan Horvath, estaba en desacuerdo. Reconoció que podía existir un mercado para esos autos de consumo eficiente de combustible y convenció a Packer de darle un poco de espacio en el lote para unos Hondas. Horvath obtuvo un solo espacio para exhibir un auto cerca del frente del departamento de autopartes, y el resto de los Hondas fueron ubicados en los lotes de atrás.

Cuando estalló la crisis petrolera de 1973, comenzaron a venderse los Honda de bajo consumo de combustible. Aun sin simpatía por la marca, Packer compró el espacio ubicado cruzando la calle de su emblemático salón de ventas de Pontiac, colocó allí una pequeña oficina móvil para el personal de ventas, y toleró la venta de Honda sobre la Calle Ocho en los siguientes años.

Hoy en día Brickell Honda vende más de 3.600 Hondas por año – luego de haber comenzado en sus inicios como un concesionario que casi no existió.


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